Francesco Moser es una de las figuras más emblemáticas en la historia del ciclismo profesional. Con más de 270 victorias en su carrera, se encuentra entre los corredores más exitosos de Italia. Pero más allá de sus logros deportivos, Moser fue un innovador técnico y, más tarde, fundador de su propia fábrica de cuadros. En este artículo exploramos su carrera, su influencia en el ciclismo y el legado perdurable de los cuadros que llevan su nombre, altamente valorados hoy en día por coleccionistas, aficionados y participantes de la Eroica.
Orígenes y ascenso: Un corredor potente con visión
Francesco Moser nació el 19 de junio de 1951 en Giovo (Trentino-Alto Adigio), una región conocida no solo por sus viñedos, sino también por su arraigada cultura ciclista. Comenzó a competir desde joven y se convirtió en profesional en 1973 con el equipo Filotex. Rápidamente se destacó por su potente pedaleo, su resistencia excepcional y su dominio en las clásicas de primavera.
Momentos clave de su carrera: De París-Roubaix al Récord de la Hora
Moser se especializó en carreras duras y terrenos exigentes. Sus logros más destacados incluyen:
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Triple ganador de París–Roubaix (1978–1980), conocido por su cadencia y control sobre el adoquinado
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Campeón del mundo en 1977, en San Cristóbal, Venezuela
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Ganador del Giro de Italia en 1984, gracias a su fortaleza en contrarreloj
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Victorias generales en carreras por etapas como Tirreno–Adriático y el Giro del Trentino
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Récord de la hora en 1984, con 51,151 km en Ciudad de México, utilizando ruedas lenticulares y posición aerodinámica
Moser fue uno de los primeros ciclistas profesionales en trabajar con científicos como el Dr. Michele Ferrari y con técnicos para optimizar el rendimiento a través de la aerodinámica, la biomecánica y el análisis preciso de potencia—una práctica muy poco común en esa época.
El taller Moser: Precisión desde Trento – Arte, velocidad e innovación
Tras retirarse del ciclismo profesional, Francesco Moser fundó en los años 80 un taller de cuadros cerca de Trento. Su objetivo era aplicar el conocimiento adquirido en competición a la producción de bicicletas de carretera de alto rendimiento, pensadas para profesionales y amateurs exigentes. Los cuadros con el nombre "Moser" reflejan un compromiso con la aerodinámica, la ergonomía y la innovación, sin dejar de lado la artesanía clásica italiana.
Características técnicas y construcción:
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Tubos: La mayoría de los cuadros estaban fabricados con Columbus SL, SLX o Air, según el modelo. SL para uso polivalente, SLX para mayor rigidez y Columbus Air para diseños aerodinámicos con tubos ovalados.
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Construcción: Los primeros modelos utilizaban unión con racores (lugs), mientras que los más modernos adoptaron la soldadura TIG, sobre todo en los modelos aerodinámicos. Algunos incluían detalles pantografiados en lugs, tijas o potencias.
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Caja de pedalier: Rosca italiana tradicional (36x24), robusta y fácil de mantener.
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Guiado de cables: Los modelos aerodinámicos como el Moser Leader AX o el 51.151 presentaban guiado interno de cables, mejorando la estética y reduciendo la resistencia al aire.
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Horquillas: De acero Columbus cromado, con curvatura clásica o recta según el año y el modelo.
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Frenos: Compatibilidad con frenos de tiro lateral o central, según el modelo y el grupo Campagnolo o Modolo montado.
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Acabado: Pinturas metálicas limpias—rojo profundo, blanco perlado o azul real—con calcas “Moser” destacadas y componentes pantografiados a juego.
Componentes utilizados:
Las bicicletas originales solían estar equipadas con Campagnolo Super Record, y más tarde con grupos C-Record, con un enfoque estético y aerodinámico. Componentes emblemáticos incluían:
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Frenos Campagnolo Delta, de diseño icónico
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Tijas aero pantografiadas de Campagnolo
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Potencias y manillares Cinelli con grabados personalizados
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Llantas Wolber TX Profil o Ambrosio
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Sillines 3ttt o Selle Italia, a menudo con logotipo Moser
Moser en el mundo vintage: Auténtico, aerodinámico, icónico
Entre coleccionistas y amantes del ciclismo clásico—especialmente quienes participan en eventos como L’Eroica—los cuadros clásicos Moser son muy valorados por su historia e innovación. Los modelos más buscados incluyen:
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Moser Leader AX – con tubos aerodinámicos Columbus Air
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Moser 51.151 – en honor a su récord de la hora, con diseño inconfundible
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Moser San Cristobal – conmemorando su título mundial, a menudo con pantografiados en potencia, tija y bielas
Muchas bicicletas Moser se fabricaban a medida para cada ciclista—un enfoque que aún define la filosofía italiana de construcción artesanal. Su combinación de estética y rendimiento las convierte en una elección ideal para quienes aprecian la historia del ciclismo con visión técnica.
Conclusión: Moser – Más que un nombre, un referente
Francesco Moser representa mucho más que victorias deportivas. Es símbolo de una nueva forma de entender el ciclismo: más científica, más técnica, más precisa. Las bicicletas que llevan su nombre son un reflejo de esa filosofía: bellas, funcionales e innovadoras.
Ya sea como objeto de colección, proyecto de restauración o montura ideal para un evento vintage, un cuadro clásico Moser ofrece la elegancia del ciclismo italiano con un legado ganador.